Cuando comenzamos a cantar nos parece que tenemos que hacer un gran esfuerzo para concentrarnos en repetir el Nombre de Dios. En muchos casos, en las etapas iniciales, tenemos que dejar de hacer lo que estamos haciendo y cantar deliberadamente mientras sostenemos un mala (un collar de cuentas). En este punto parecería inimaginable si alguien nos dijera que es posible cantar mientras realizamos todas las actividades del día, inclusive mientras conversamos. Nuestra concentración parecería unidimensional cuando se trata del canto y tendríamos que escoger entre cantar o realizar cualquier actividad mundanal.
Sin embargo cuando crecemos espiritualmente, nuestro canto se vuelve más sutil y de mayor calidad. Volverse más sutil, quiere decir que esto sucede a un nivel más profundo de nuestra conciencia. A niveles superiores, la práctica del canto nos permite cantar mientras realizamos una actividad física o mental. Veamos cómo sucede esto.
Cada uno de nosotros puede enfocar su atención en ocho cosas a la vez. Estos ocho puntos de concentración existen a través de los órganos de los cinco sentidos (oídos, piel, ojos, lengua y nariz que se denominan como los órganos sensoriales externos), la mente consciente, la mente subconsciente (chitta) y el intelecto (estos tres últimos son los órganos sensoriales internos). Los órganosrealizan sus funcionesrespectivas. En nuestra vida diaria, realizamos simultáneamente muchas actividades complejas que implican estos ocho puntos de concentración. Imagine una persona cruzando la calle. Cuando realiza el acto de cruzar la calle, es capaz de simultáneamente mirar el semáforo, oír el sonido que hacen los vehículos, sentir el olor de su alrededor, sentir si hace calor o frío, disfrutar de una conversación con un amigo o colega, etc. Además, también piensa y toma decisiones acerca de varias cosas como cuán rápido debería caminar, en qué dirección debería ir y si llegará a tiempo, etc. De esta manera, cada persona posee una concentración de ocho puntos en la mente subconsciente.
Cuando comenzamos a cantar, el acto de cantar se limita solo a la mente consciente. En esta etapa se hace muy difícil realizar varias tareas mientras cantamos. Cuando profundizamos la práctica espiritual del canto, creamos una nueva impresión del canto en nuestra mente subconsciente. Esta impresión se desarrolla en un centro también conocido como el centro de devoción. A medida que el centro de la devoción se desarrolla en nuestra mente subconsciente comienza a irradiar pensamientos sobre el canto.
Consulte cómo se establece el centro del canto o de devoción.
Cuando el centro de devoción cubre más del 50% de la mente subconsciente, el canto del Nombre de Dios sucede a nivel subconsciente. Esto pasa generalmente al 50% de nivel espiritual.
Entonces, si volvemos al tema anterior de los ocho puntos de concentración, nosotros podemos realizar muchas tareas con el resto de los órganos sensoriales, mientras la mente subconsciente está cantando. Por lo tanto, incluso mientras nuestra boca e intelecto están ocupados en la conversación, la mente subconsciente está cantando aunque esto no sea físicamente aparente para un extraño. La persona que canta a este nivel recuerda a Dios en todo lo que hace.
Este nivel de canto sólo existe si cantamos regularmente por algún tiempo. Cuan pronto alcancemos este nivel dependerá de:
- Nuestro deseo de progresar espiritualmente
- La cantidad y la calidad del canto, y
- Si hemos complementado el canto con otras prácticas espirituales como:
- Estar en la compañía de aspirantes espirituales (satsang) o
- Hacer algún servicio a Dios como trabajar en la difusión de la espiritualidad satseva