Propósito de vida – Una perspectiva espiritual
Tabla de contenidos
- 1. Introducción sobre el propósito de vida
- 2. Propósito de vida y completar nuestra cuenta del toma y daca
- 3. Propósito de vida y el progreso espiritual
- 4. ¿Qué significa esto en cuanto a nuestros objetivos en la vida?
- 5. Ejemplo de cómo una vida mundanal puede ir ligada a los objetivos espirituales
- 6. ¿Qué hay de malo en nacer una y otra vez?
1. Introducción sobre el propósito de vida
Muy a menudo oímos las preguntas comunes “¿Cuál es el significado de la vida?”, “¿Cuál es el propósito de vida?”, “¿Por qué nacemos?”. En la mayoría de los casos tenemos nuestros propios motivos sobre nuestro propósito de vida, sin embargo, desde una perspectiva espiritual hay dos razones genéricas por las que nacemos. Estas razones definen el propósito de nuestras vidas en el nivel más básico. Son las siguientes:
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Completar la cuenta del toma y daca que tenemos con otras personas.
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Progresar espiritualmente con el objetivo final de fusionarse con Dios y, por lo tanto, salir del ciclo de nacimiento y muerte.
2. Propósito de vida y completar nuestra cuenta del toma y daca
Durante muchas vidas acumulamos un gran número de cuentas de toma y daca que son el resultado directo de nuestras acciones. Las cuentas pueden ser positivas o negativas, dependiendo de la naturaleza positiva o negativa de nuestras acciones. Por lo general, en la era actual, aproximadamente el 65% de nuestra vida está predestinada (no está bajo nuestro control) y el 35% está regido por nuestra libre voluntad. Todos los hechos importantes de nuestras vidas están, en su mayor parte, predestinados. Estos hechos incluyen nuestro nacimiento, la familia en la que nacemos, la(s) persona(s) con la(s) que nos casamos, los hijos que tenemos, las enfermedades serias y el momento de nuestra muerte. La felicidad y el dolor que damos y recibimos de nuestros seres queridos y conocidos suelen ser simplemente casos de cuentas de toma y daca anteriores que dirigen el modo en que las relaciones se desenvuelven y desarrollan.
Sin embargo, incluso nuestro destino en la vida presente es sólo una fracción de la cuenta acumulada total del toma y daca que amasamos durante muchas vidas.
En nuestra vida, a pesar de que completamos nuestras cuentas de toma y daca y el destino designado para esta vida, también acabamos creando nuevas cuentas mediante nuestras acciones de libre voluntad. A su vez, esto se añade finalmente a nuestra cuenta total del toma y daca conocida como la cuenta acumulada. Como resultado debemos nacer de nuevo para saldar las nuevas cuentas y quedamos encerrados en el ciclo de nacimiento y muerte.
Consultar el artículo sobre “La liberación del ciclo de nacimiento y muerte”.
3. Propósito de vida y el progreso espiritual
El fin último del desarrollo espiritual en cualquier camino espiritual es fusionarse con Dios. “Fusionarse con Dios” significa experimentar a Dios en nuestro interior y en todo a nuestro alrededor y no identificarnos con nuestros cinco sentidos, mente e intelecto. Esto ocurre en el nivel espiritual del 100%. La mayoría de la gente en el mundo actual posee un nivel espiritual del 20-25% y no está dispuesta a realizar cualquier práctica espiritual para el desarrollo espiritual. Asimismo se identifican mucho con sus cinco sentidos, mente e intelecto. Esto se refleja en nuestras vidas cuando nos preocupamos principalmente de nuestras apariencias o cuando somos arrogantes en lo referente a nuestra inteligencia o nuestro éxito.
Cuando crecemos hasta el nivel espiritual del 80% nos liberamos del ciclo de nacimiento y muerte. Una vez traspasado este nivel podemos saldar cualquier cuenta de toma y daca que tengamos desde los reinos sutiles más elevados de Mahaaloka y superiores. A veces, sin embargo, algunas personas por encima del 80% de nivel espiritual pueden elegir volver a la Tierra para guiar a la humanidad en la Espiritualidad.
El desarrollo espiritual sólo es posible mediante la práctica espiritual acorde a los seis principios básicos de la práctica espiritual. Los caminos espirituales que no cumplen los seis principios básicos de la práctica espiritual conducen al estancamiento en el desarrollo espiritual del individuo.
Consultar el artículo sobre “La importancia del plano de la tierra para poder realizar práctica espiritual comparado con otros reinos espirituales como el cielo y el infierno”.
4. ¿Qué significa esto en cuanto a nuestros objetivos en la vida?
La mayoría de nosotros tenemos nuestros propios objetivos en la vida, como por ejemplo llegar a ser médico, ser rico y famoso o representar a nuestro país en un campo determinado. Sea cual sea el objetivo, para la gran mayoría suele tratarse predominantemente de un objetivo mundanal. Todo nuestro sistema educativo se establece con el fin de ayudarnos a conseguir este tipo de objetivos. Como padres también inculcamos los mismos propósitos mundanales a nuestros hijos, animandoles a estudiar y a dedicarse a profesiones que les aporten más beneficios económicos que la nuestra.
Podríamos preguntarnos, “¿Cómo se reconcilia el hecho de tener estos objetivos mundanales con el propósito espiritual de la vida y con la razón de nuestro nacimiento en la Tierra?”
La respuesta es bastante sencilla. Nos esforzamos por conseguir objetivos mundanales para alcanzar satisfacción y felicidad. Lo que mueve intrínsecamente todas nuestras acciones es la persecución de la evasiva “felicidad superlativa y perdurable”. Sin embargo, incluso cuando conseguimos nuestros objetivos mundanales, la felicidad y la satisfacción resultantes duran poco y entonces buscamos un nuevo sueño que perseguir.
La “felicidad superlativa y perdurable” sólo puede conseguirse mediante la práctica espiritual que cumple con los seis principios básicos de la práctica espiritual. La forma más elevada de felicidad, la Beatitud, es un aspecto de Dios. Cuando nos fusionamos o unimos con Él también nosotros experimentamos la Beatitud perpetua.
Esto no significa que tengamos que abandonar lo que estamos haciendo y dedicarnos exclusivamente a la práctica espiritual. Lo que significa es que sólo incorporando la práctica espiritual a la vida mundanal podremos experimentar la felicidad superlativa y perdurable. Los beneficios de la práctica espiritual se explican con detalle en nuestra sección sobre “La investigación espiritual para la felicidad eterna”.
En resumen, cuanto más en línea estén nuestros objetivos mundanales con la intención del desarrollo espiritual, más ricas serán nuestras vidas y experimentaremos menos dolor. El siguiente es un ejemplo de cómo cambia nuestra perspectiva en la vida a medida que nos desarrollamos y maduramos espiritualmente.
5. Ejemplo de cómo una vida mundanal puede ir ligada a los objetivos espirituales
En SSRF tenemos varios voluntarios que sirven a Dios ofreciendo su tiempo y experiencia en el trabajo. Por ejemplo:
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Uno de nuestros miembros es consultor de informática y se encarga de diversos aspectos técnicos de nuestro sitio web en su tiempo libre.
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Un miembro del equipo editorial es psiquiatra y ayuda a revisar la información que publicamos desde el punto de vista médico y espiritual.
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Otro miembro de la SSRF viaja a diversos países por trabajo. Utiliza su tiempo libre para informar de nuestro sitio web a otras organizaciones similares.
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Una ama de casa ayuda preparando refrigerios para las reuniones espirituales.
Los miembros de SSRF han observado un gran cambio positivo en sus vidas al rociarlas de Espiritualidad. Una de las principales diferencias es un aumento de la felicidad y una reducción de la tristeza. Incluso cuando se hallan en una situación que debería ser dolorosa o traumática han experimentado estar protegidos del dolor.
6. ¿Qué hay de malo en nacer una y otra vez?
A veces la gente piensa “¿Qué hay de malo en nacer una y otra vez?“.
A medida que nos adentramos en Kaliyuga (la Era de la Lucha), la era actual del Universo, la vida estará plagada en su mayor parte de problemas y dolor. La investigación espiritual ha demostrado que, a nivel mundial, el ser humano promedio sólo es feliz un 30% del tiempo, mientras que el 40% del tiempo es infeliz. El 30% restante se encuentra en un estado neutro, en el que no experimenta felicidad ni infelicidad, por ejemplo cuando uno camina por la calle o realiza alguna tarea mundanal, etc. y no tiene pensamientos felices ni infelices.
La razón principal de ello es que la mayoría de la gente posee un nivel espiritual bajo. Por lo tanto, nuestras decisiones y acciones suelen producir dolor a otros bastante a menudo o acabar incrementando el raja y el tama del entorno. Por consiguiente, acabamos acumulando karma negativo o cuentas del “toma y daca”. Así pues, para la mayoría de la humanidad, nuestros nacimientos posteriores serán más dolorosos que el actual.
Mientras el mundo ha realizado pasos gigantes en el progreso económico, científico y técnico, somos más pobres que las generaciones anteriores en términos de felicidad, que es nuestro principal objetivo en la vida.
Dado que todos nosotros queremos felicidad, el renacimiento y las vidas futuras no nos darán la felicidad superlativa y perdurable que deseamos. Sólo el desarrollo espiritual y la fusión con Dios nos aportarán una felicidad sostenible y perdurable.